domingo, 20 de diciembre de 2015

Rosa Díaz



 

  Rosa Díaz tiene publicados más de una treintena de libros. Ha trabajado diferentes géneros, desde la poesía a la prosa, el artículo periodístico, la biografía, el ensayo y la literatura infantil. En esta última modalidad pretende estimular a sus lectores a través del ritmo, el juego y la humanización de las palabras como un bien imprescindible para expresar los sentimientos, mejorar el vocabulario, razonar, preguntar, comprender y utilizar la imaginación. Ha ganado varios premios, entre ellos: el Premio Miguel Hernández, el de Ciudad de Alcalá de Henares, el Fray Luis de León, el Aljabibe y el Ciudad de Jaén. Ha colaborado en la elaboración del Diccionario Biográfico Español de La Real Academia de la Historia, ha publicado en revistas especializadas y en el periódico ABC. Entre otras antologías, destaca: Voces de Europa, dieciocho poetas españoles.
El acto de presentación de la última obra de la escritora Rosa Díaz titulada Las muertas, salmos de la mujer que escribe, tuvo lugar hace pocas fechas en la Biblioteca Pública Infanta Elena, contando con la presencia autorizada del profesor Rogelio Reyes Cano.

Una vez más Rosa nos regala su verso sutil y elegante, no exento de una preocupación profunda por el mundo y las personas que en la vida real nos rodean. Una nueva joya surgida de la fértil pluma de una de las escritoras que más nos honran a los sevillanos y que recibe inagotable inspiración en su ático trianero.

A continuación pueden conocer la obra más en profundidad a través de una entrevista radiofónica realizada a la autora tras la presentación de su nuevo poemario.

jueves, 3 de diciembre de 2015

José Rodríguez de la Borbolla



Es fácil ir por Sevilla y encontrarte con ese personaje, si. El del bigote y las gafas. En la presentación de un libro. En un acto homenaje a la Historia. En la entrega de unos merecidos premios. En la Feria del Libro. En la barra del Portón, donde uno está de circunloquios con el loco de Juan Ortiz Villalba y te llega un antiguo alumno, de aquellos de los años 60, de aquella Universidad de la Fábrica de Tabacos, donde se hacían las cosas como se tienen que hacer (como se tendrían que seguir haciendo) y, además va el tío y se come las maravillosas avellanas que nos habían puesto mis amigos del Portón. Sí, de esas que tienen más sal por fuera que por dentro, y sin decir esta boca es mía va y se las come todas. Y además no acepta ni una puñetera cervecilla, porque tiene prisa y lleva un portafolios que abulta más que él. ¡Estilo y figura! Y, además, habla. Siempre tranquilo. No hay que alterarse. Siempre compañero. Siempre humor. Siempre recuerdos de aquellas sevillas… De la calle tal, de la plaza cual… “Fulano vivía en…”
Pues voy un día y me vuelvo a encontrar con el susodicho. Bigote, gafas y “al final de la Palmera”. Y nos ponemos a hablar un poquito.

¡Señoras y señores: Con ustedes ¡Pepote! Don José Rodríguez de la Borbolla y Camoyán. Un hombre de Sevilla, España y la Humanidad!
Hablamos y salió esto.
  
– ¿Cómo recuerda la Sevilla de los años 60?

Sevilla, en los 50 y los 60, era una ciudad encantadora,  más pequeña, más a la medida humana. En cada barrio había una vida propia, con sus tiendas para todo, sus puestos de calentitos, sus pescaderías por la mañana y freidurías por la noche, sus panaderías, sus quioscos de tebeos, sus cines de reestreno con su Sesión Infantil de los domingos, sus billares y futbolines, sus niños jugando en las calles, sus mujeres malas, sus tranvías, y sus soldados en los jardines hablándole a las muchachas…Y la radio, con sus “Conozca usted a sus vecinos”, y sus programas de canciones dedicadas, y el Tío Pepe y su sobrino. Se podría hacer aquí un “Amarcord”,  como la película de Fellini.
En 1961 mi familia se mudó, desde la calle Julio César, a vivir al Sector Sur, en Heliópolis, y cuando salíamos para ir al Centro decíamos: “nos vamos a Sevilla”. Sevilla, para nosotros, era lo que había de las Rondas para adentro. Bueno, y Triana y San Bernardo, también.

– Con la perspectiva del tiempo ¿Qué ha sido de toda aquella ilusión invertida en el 4 de diciembre de 1977?

Pues sirvió para hacer que hubiera un nuevo impulso histórico. Se diga lo que se diga, y a pesar de las estadísticas, Andalucía es ahora mejor que en 1977.

– Si volviera a ser ahora presidente de la Junta ¿Qué cambiaría de su época de pastoreo?

Procuraría estar menos pendiente de las apariencias, de los medios de comunicación y de los creadores de opinión. Lo que importa, al final, es hacer cosas para la gente.

  ¿Los puñales de la política matan de verdad?

En democracia, siempre hay vida fuera de la política y después de la política. Porque la sociedad tiene su vida propia, y lo que tiene que hacer uno es buscarse su sitio en la vida.

– ¿Cabe la posibilidad de que algún día los mismos políticos puedan convertirse en los peores enemigos de la Democracia?

Cabe la posibilidad de que algunos políticos, por endiosamiento, se acaben creyendo que sólo ellos son importantes. Pero la Democracia y la Historia, al final, acaban poniendo a cada uno en su sitio.

– En palabras suyas, los sevillanos tenemos la gran capacidad de asociarnos y de vivir con las cofradías,  las fiestas y las entidades culturales y recreativas. ¿Por qué la sociedad civil sevillana es entonces tan débil?

Yo no creo que la sociedad sevillana sea débil. Lo que pasa es que tiene una gran capacidad de ensimismamiento y de recrearse en su propio pasado. Los sevillanos somos muy dados a “engloriarnos” con nosotros mismos. Pero somos dinámicos, creativos e innovadores. Esas virtudes son las que hay que explotar.

– ¿En su opinión, cuales son las claves de la cultura sevillana?

Sevilla es un crisol de mestizajes culturales. Todo lo que llega aquí, aquí florece. Podemos ser los mejores en cualquier ámbito de la Cultura. Lo que hace falta es que se abone suficientemente el terreno para la eclosión de la creatividad. Aquí, como dijo el torero: “hay gente p’a tó”. Lo que hay que hacer es ayudarla y fomentarla

– ¿Sigue usando el abanico en los palcos de los teatros?

Sigo usando el abanico en todos los ámbitos. La única diferencia es que, hace unos años, lo cogía en mayo y lo soltaba en septiembre. Y ahora lo cojo en abril y lo suelto en noviembre. ¡El puñetero cambio climático!

– ¿Qué le pasa al Betis, si es que al Betis le pasa algo distinto a lo de siempre?

El Betis, en mi opinión, está a las puertas de un posible tiempo mejor, con posibilidades de que sea duradero. Lo que vendría bien es que se superaran, civilizadamente y entre todos los béticos, todas las rémoras y conflictos procedentes del pasado inmediato.

– ¿Qué le va a pedir a los Reyes Magos?

Que se acabe el carbón y que todas las energías sean renovables, blancas y duraderas. Y que los fundamentalismos de todo tipo  –religiosos, nacionalistas, económicos, etc.- se vayan al cuerno.

Y seguiremos hablando, porque he observado, que algunos políticos de entonces siguen teniendo carne y amor al recuerdo. Y, sobre todo, humor. Hay que desempolvar tantas cosas… Y tirar “pa´lante” con un abanico abierto que nos renueve el aire.

Pepote: Te encuentro más joven, más “nuevo” (como se dice en los pueblos de nuestra sierra). Estás viviendo ahora esa vida que, de alguna manera, te arrebataron los años de tu dedicación sincera y honesta a la política. Disfrútala y que nos sigamos viendo con la misma frescura y con el mismo talante con que nos hemos reencontrado. ¡Gracias en nombre de mucha gente!  

Joaquín Arbide

lunes, 16 de noviembre de 2015

Francisco Vélez Nieto




 La cultura de base y la cultura cívica no está a la altura que Sevilla debe poseer. Dan ganas de volver a coger las maletas y abandonar la ciudad.

Francisco Vélez Nieto es escritor, poeta y comentarista literario. Este loreño hijo de ebanista-carpintero tomo su afición por la lectura de su padre. Socialmente inquieto y comprometido, ha visto la realidad desde numerosos prismas. Emigrante en Alemania, empleado de hotel en la Costa del Sol, sindicalista y sobre todo poeta. Lo podrán encontrar en todos sitios siempre que hace falta un hombre de auténtica confianza, por que en sus manos, que se llenan de palabras, siempre se puede poner, tranquilamente, lo que se haya de preservar.


Hablamos con Paco Vélez de política, de literatura, de Itálica y sobre todo de poesía.



¿Qué fue lo primero, la vocación poética o la política?



Siempre la vocación poética cogida de la mano de la libertad de expresión. La política fue mi compromiso ciudadano contra la dictadura. Cuestión de principios en favor de la democracia y la justicia bien pesada.



¿Qué ha supuesto para Paco Vélez la vocación política?



Yo diría mejor la vocación sindical. Siempre la política ha estado en un tercer plano. Nunca he ocupado y deseado un cargo político. Tampoco he sido “Demócrata de toda la vida”, que es lo que se lleva,



¿Qué te ha dado la poesía, Paco?



Me llena de satisfacciones.  La poesía es el placer creativo de la idea y la palabra y madre de la filosofía



 Itálica ha estado muy presente en tu vida y en tu obra. ¿Qué representa Itálica para ti?


Un importante y largo capítulo  de estímulo en lo  cultural y profesional en mi vida. Mi entrega anónima ha sido muy gratificante en el esfuerzo común y empeño de sacar adelante la patria chica de dos  grandes emperadores del Imperio romano.



¿Nace tu vocación de crítico literario de la necesidad de trasladar a los demás tu pasión por la lectura?



 Efectivamente: “La pasión por la lectura” que es mi pasión primordial. Sin modestia me considero un buen lector. Lo que lleva un compromiso conmigo mismo que procuro transmitir en  mis Crónicas literarias.



Acabas de publicar Crónicas Literarias, un libro precisamente de crítica literaria. ¿Qué quieres aportar con este libro?



Lo considero una guía de buena literatura para el lector medio. Honesta y con la garantía de que las obras del abanico de autores que   representan garantía por su ameno y rico contenido. También una advertencia para que el lector  tenga cuidado no caer en el engaño de gato por liebre. Especialmente con los  best seller y los premios amañados por grandes editoriales, que más bien parecen inmobiliarios.



 ¿Cómo ve Paco Vélez el panorama de la literatura actual en nuestro país?


Tenemos de todo como en botica, Se edita demasiado -no todo bueno-, para el número de lectores que tiene el país. Padecemos manifestaciones, mentiras y apaños de unos gobernantes a los que solo les interesa la cultura de escaparate, lo que viene  produciendo una pobreza cultural que pagaremos muy cara. Posiblemente es lo que pretenden. La incultura voluntaria premeditada. “Mis crónicas literarias” lo señalan con claridad.



Por último Paco: ¿Qué es para ti la cultura sevillana?



Históricamente Sevilla ha tenido un importante peso y espacio  en la cultura sin fronteras de la historia. Hoy no es así. La cultura de escaparate  “Turismo cultural”  viene trivializando la realidad y el deseo. La mediocridad y el casticismo mal entendido son preocupantes.

No obstante existe una minoría culta e importante que oficialmente la administración no tiene en cuenta. Basta leer los programas de los partidos políticos y su discurso públicos para el bostezo. La cultura de base y la cultura cívica no está a la altura que Sevilla debe poseer. Dan ganas de volver a coger las maletas y abandonar la ciudad.
Claro que a mi edad.



Así nos despedimos de Paco Vélez autor entre otros títulos, en verso, de La otra historia de siempre, Excepto la derrota, Nueva Poesía Sevilla, Memoria ante el espejo, Itálica y otros poemas, Poesía Unida y Aura de luz y agua.



En prosa ha publicado Itálica y el Monasterio de San Isidoro del Campo (Guía para el paseante), Guía oCulta del Parque de María Luisa. (Paseo secreto entre glorietas y poetas) y Recuerdos de un tiempo vivido.



Caracterizado por su apoyo a los jóvenes poetas es Premio Mecenas de la Literatura Manuel Altolaguirre 2014 de la Asociación Colegial de Escritores de España-Andalucía y Consejero y Presidente de Honor de dicha Asociación en Andalucía. Pero sobre todo, no lo olviden, un hombre cabal.

martes, 3 de noviembre de 2015

Juan Manuel Albendea Pavón


Respecto a los toros, es evidente como ya he manifestado que estamos en presencia de un arte, tan singular como pueda ser la pintura, la escultura o la música, con la peculiaridad de que en los toros, el riesgo es verdad y no simulado como en el teatro.
 
En estos días se nos ha despedido del Congreso de los Diputados el que hasta ahora ha sido el presidente de su Comisión de Cultura: Juan Manuel Albendea no repetirá como presidente de la mesa de edad en la constitución de la nueva Cámara, allá por lo albores del próximo año.

«Me despido tras cinco legislaturas, tres con el Gobierno y dos con la oposición. Quiero manifestar mi sentimiento de gratitud a todos los grupos y letrados. Muchas gracias». Así se despidió el diputado por Sevilla  después de defender en la tribuna los presupuestos de la Casa Real, una vez más. Despedido con aplausos por diputados de distintos grupos  la vicepresidenta de la Cámara, Celia Villalobos, que en ese momento presidía la sesión, ha querido sumarse al homenaje: «Le vamos a recordar con muchísimo cariño. Ha sido usted un ejemplar compañero y un hombre de bien. Muchísimas gracias».

Personalmente comparto con doña Celia su calificativo de hombre de bien, leal a sus principios y con un profundo amor por la cultura a la dedicó mucho empeño, tanto desde el papel de mecenazgo como representante de la entidad bancaria en la que trabajo toda su vida, como desde la vertiente política a la que ha dedicado estos últimos veinte años.

Entre dos intervenciones quirúrgicas a las que está siendo sometido, Juan Manuel Albendea nos ha atendido para hablar de toros, cultura y política. Este es el resultado.

 ¿Qué ha supuesto  para el diputado por Sevilla, Juan Manuel Albendea, presidir la Comisión de Cultura del Congreso como culminación de su carrera política?

 Sin duda alguna ha sido una satisfacción y un honor inmerecido.

 ¿Cómo cree que afectará al desarrollo de la fiesta de los toros,  la aprobación de la declaración de la fiesta como Bien de interés cultural?

La declaración de la Tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial es un reconocimiento de la fiesta sin precedentes a lo largo de la historia. Es la primera vez que en una ley se dice, por ejemplo,  que “la Tauromaquia forma parte del patrimonio histórico y cultural común de todos los españoles.” O, todavía más contundente: “el carácter cultural de la Tauromaquia es indiscutible y merece ser preservado como un tesoro propio de nuestro país”. No hay precedentes en nuestra legislación de algo, ni siquiera parecido, a lo establecido en esta Ley 18/2013 de 12 de noviembre. Hasta ahora, referida a las corridas de toros solo existía la ley 10/1991 de 4 de abril sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos.
 
Pero esa ley, realmente era dar carácter legal a la reglamentación de las corridas, pero no representaba, ni mucho menos, un carácter absolutamente protector de la Tauromaquia.
Una expresa declaración de que los poderes públicos garantizarán la conservación de la Tauromaquia y promoverán su enriquecimiento de acuerdo con lo previsto en el artículo 46 de la Constitución es, también, sin duda un sólido argumento para que el Tribunal Constitucional  dicte  sentencia estimatoria del recurso presentado contra la prohibición de los toros en Cataluña por el Grupo Popular del Senado.
           
¿Que otros aspectos de su labor al frente de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, le gustaría destacar?
           
La Comisión de Cultura del Congreso en esta décima legislatura ha despachado, probablemente, más de trescientos asuntos, pero ello no es mérito del Presidente sino de los Grupos parlamentarios que los han presentado. Lo que sí me gustaría destacar del desarrollo de la Comisión es el alto grado de consenso que se ha alcanzado en temas muy diversos , probablemente, sin comparación con otras Comisiones.
Es difícil destacar los asuntos más relevantes que hemos tratado en la Comisión. Citaré solo unos pocos:
Ley reguladora de la Biblioteca Nacional de España (la Biblioteca Nacional no tenía un precepto con rango de ley).
Conmemoración del V Centenario del descubrimiento del Océano Pacífico por Vasco Núñez de Balboa.
Solicitar al Gobierno que consiga que en la Unión Europea se reduzca el IVA de los libros electrónicos al 4%, igual que los de soporte físico.
Impulsar el micromecenazgo para las actividades culturales.
Ley declarando la Tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial.
Conmemoración del 750 Aniversario de la incorporación de Jerez de la Frontera a la Corona de Castilla, de la mano de Alfonso X el Sabio.
Declaración del Día Nacional del Flamenco (La Unesco en noviembre de 2010 lo declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad)
Fomento de los rodajes cinematográficos en España-
Conmemoración del Centenario de la publicación de “Platero y yo”
Fomento del teatro amateur
Conmemoración del III Centenario de Fray Junípero Serra
Celebración del bimilenario  de la muerte del Emperador Augusto.
Medidas para impulsar la concienciación de la importancia de las ciudades de Ceuta y Melilla, como únicas fronteras terrestres de la Unión Europea en África.
Conmemoración del IV Centenario del fallecimiento en Toledo de El Greco.
Instar al Gobierno a colaborar con la ciudad de San Sebastián en la celebración del evento denominado por las instancias europeas como Capital Europea de la Cultura a lo largo del año 2016.
Candidatura de la sardana como patrimonio cultural e inmaterial de la Unesco.
Podría seguir citando temas, pero no voy a citar los más de trescientos asuntos tratados, estos son los que me parecen más destacados.

¿Alguna anécdota curiosa?

A una diputada de Convergencia y Unio la invite un día a una corrida en La Maestranza y pensé que le había gustado, que la había ganado para la causa. No debió ser así, pues a los tres días hubo un debate en la Comisión sobre los toros y los puso a parir.

¿Qué panorama presenta la cultura en España desde el Palacio de la Carrera de San jerónimo?

El panorama me parece positivo, pero, sin duda, siempre hay que aspirar a más nivel y mayores actividades culturales.  Hay que facilitar toda clase de actividades culturales; por ejemplo reduciendo el IVA cultural que afecta a los espectáculos como el cine, el teatro o los toros. En los colegios y en las  universidades hay que mentalizar a la juventud, que no todo es el fútbol, sino hay que aficionarse a muchas otras manifestaciones que enriquezcan su currículum.

Los dos pilares de su actividad política han sido la defensa de la Monarquía y la defensa de la fiesta nacional. ¿Qué siente como paladín de dos asuntos tan cuestionados en los agitados tiempos que corren?

La Monarquía la vengo defendiendo desde que era adolescente. Cuando Don Juan Carlos y su hermano Don Alfonso (q.e.p.d) iban  desde San Sebastián, donde estudiaban,  a Madrid,  a examinarse durante sus cursos de bachillerato, unos cuantos adolescentes monárquicos acudíamos a presenciar los exámenes orales y tengo testimonios gráficos de aquel entonces. También el primer lugar a que acudí de viaje de novios (el día 11 de octubre hizo 50 años) fue con mi mujer a Villa Giralda en Estoril a cumplimentar a don Juan, quien para nosotros era Juan III.  Por tanto, mi defensa de los presupuestos de la Casa de S.M. el Rey en el Congreso, durante, por lo menos trece años seguidos era una prueba más de mis convicciones monárquicas y lo hago con auténtica pasión.

Respecto a los toros, es evidente como ya he manifestado que estamos en presencia de un arte, tan singular como pueda ser la pintura, la escultura o la música, con la peculiaridad de que en los toros, el riesgo es verdad y no simulado como en el teatro. Mi afición a los  toros quiero recordar que comenzó en Madrid a los doce años y que llevo abonado a La Maestranza, cuarenta, con la suerte de que a mi mujer, Mariquilla,  también le gustan los toros como a mí.


Usted dejó hace 20 años su puesto de alto ejecutivo bancario para dedicarse a la política ¿Ha merecido la pena?

Sí, ha merecido la pena. Desde jovencillo he tenido vocación política pero con ocho hijos no era posible dedicarme a la política. En contra de lo que muchos piensan, la retribución de los políticos en España es muy inferior a la de otros países de la Unión Europea y sólo cuando ya los hijos podían navegar por su cuenta, fue posible satisfacer mi vocación. La política es una actividad muy noble. Ayudar a resolver los problemas de los ciudadanos causa gran satisfacción.  

Este es Juan Manuel Albendea, un hombre de bien, como dijimos antes. Una imagen de político que no tiene nada que ver con el estereotipo que ahora circula por los medios de comunicación. ¡Madre mía las etiquetas! Ahora se marcha como ha hecho Alfonso Guerra, vendrán otros, claro que sí, más jóvenes pero ya nos gustaría que recogieran el testigo de esta generación que se retira  con los mismos principios que ellos alimentaron a la política. Ni todos son casta, ni corruptos, ni han vivido de espaldas a sus ciudadanos. Nuestros respetos.

viernes, 16 de octubre de 2015

Adiós a Emilio Rioja



Nos gastó la última broma de su vida: abandonarnos así por las buenas y sin especial preaviso. Estas cosas solo se le pueden ocurrir a un humorista…
El humorista gráfico, cosa que traducida al “román paladino” significa sencillamente, dibujante de chistes, nos gastó la última broma de su vida: abandonarnos así por las buenas y sin especial preaviso. Estas cosas solo se le pueden ocurrir a un humorista… Quien le conozca, recordara sus dibujos en “Diario 16”, “Hermano Lobo”, “La Codorniz”… Pocos sabrán que le dedicó un tiempo de su vida al teatro y que, con la dirección de quien esto escribe, intervino en dos obras: “Los círculos” de Luis Riaza, que se estrenó en Sevilla y en el Festival de Teatro de Sitges, y en el “Robinsón Crusoe” de Jerome Savarí que estuvo en temporada en el teatro estable de Tabanque en el Pabellón del Uruguay. En el escenario derrochaba el mismo espíritu que luego iría administrando a través de sus chistes. Sonrisa abierta, bien estar, bien hacer y alegría para todos. (Sus malas ideas, malas ideas críticas, se entiende, iban por dentro y afloraban en su momento…)
Hace unos años, en mi libro “Sevilla, llena eres de gracia”, un estudio sobre humor y humoristas sevillanos, le dedique un capítulo que, como homenaje a mi amigo Emilio, reproduzco para todos mis lectores.
Publica sus primeros dibujos sueltos en el “Sevilla”, en “Pueblo” y en “Sur-Oeste”.
Empieza su andadura formal a finales de los 70 en “El Correo…” de donde terminaron echándolo por haber aparecido en las listas electorales del  PSOE.
Llevaba varios meses publicando todos los días, hasta que una tarde fui, como siempre a dejar mi dibujo, y en recepción me dijeron que tenían orden del director de no dejarme pasar. Aquel director venía de Murcia y se llamaba Gómez Carrión.
Luego me encontré en el Laredo con Pedro J. Ramírez y Sánchez Tráver, me ofrecieron el doble de lo que ganaba en “El Correo…” y me fui a “Diario 16”. Y allí estuve todo lo que duró el periódico.
ABC le concedió el Premio Mingote. Esto supuso su lanzamiento a nivel nacional.
Empecé a publicar en “El Jueves”, donde estuve diecinueve años. Luego en “Diez Minutos”, “El Socialista”. Aquí en Sevilla publiqué en “Torneo”, con Federico Villagrán. Fue una época muy bonita. Era la efervescencia… Me encargaron una página semanal. También dibujé para “Personas”, “Interviú”… Y tengo el premio “Paleta de Agromán” y el de la Lotería Nacional.
Desgraciadamente en esta Sevilla hemos tenido, tenemos y tendremos talentos, pero qué trabajito nos cuesta conocerlos y, cuando cuelgan los trastos, cómo se les abandona en el más absoluto y negro de los silencios.
Estuve treinta años publicando y haciendo unos tres dibujos al día. Haz la cuenta…
Calculadora al canto: 30 años a 365 día por año = 10.950 días.
10.950 días por 3 chistes al día = 32.850 chistes.
Y esto sin contar las colaboraciones sueltas y las chapucillas…
…Si. Revistas, portadas de libros… Es que antes acudían a ti. Ahora hay muchos diseñadores…
¿El humor en los sevillanos?
Eso es un mito. Tenemos nuestra forma de hablar, nuestros giros. A lo mejor se habla de una manera en Triana y de otra en la Macarena. ¿Y Lepe? Es un pueblo normal y corriente y de golpe se convierte en un pueblo gracioso. Recuerdo que Garmendia utilizaba el lenguaje del pueblo, su forma de hablar sencilla y el chiste valía para cualquier lugar en el que fuera leído o contado.
¿La chispa?
¿La chispa? No sé. Chumy-Chúmez era vasco y era demoledor. Tenía su chispa. Y la verdad es que Sevilla no ha tenido grandes humoristas. Ha habido buenos cuenta chistes, cachondones. Es una manera distinta de reírse, más espontánea, gritamos más, somos más estentóreos.
¿Sevilla y Cádiz?
No veo la diferencia. A mí no me gustan mucho las chirigotas.
Bueno, mira. Los humoristas somos más bien tristones. Garmendia era tristón. Y Juan Carlos Alonso… Bueno. Nunca salió de ABC.
Yo me acuerdo de Tropezones. Dominaba un sevillanismo tópico. Un día fui a su casa, vivía en los pisos municipales de Heliópolis, y me hizo un dibujo que guardo enmarcado. Dibujaba para el diario “Sevilla”. Mi abuelo los recortaba y los coleccionaba. Reflejaba una España, una Andalucía muy concreta. El gitano que robaba el cochino, el “Oselito” con el sombrero de ala ancha… Tópicos. Ahora eso ya no valdría.
Ahora es que ya todos tenemos los mismos patrones. Estamos en la era de Internet, cada vez somos todos más iguales. La globalización. Cada vez nos diferenciamos menos unos de otros. La coca-cola, el macdonal… Puedes ver un barrio lleno de chabolas, pero al fondo el logotipo de la eme amarilla…
Por eso, cada vez podemos hablar menos de sevillanismo y de humor sevillano. Solo exceptúo lo del habla.
¿Humor e inteligencia?
Si, si. La sátira, la mordacidad, el sacarle punta a las cosas, la ironía… Es el destape de la mala leche. Los humoristas en general tienen un sentimiento trágico de la vida y se les escapa todo por ahí, por el ejercicio del humor. ¿No es la catarsis? Lo trágico se convierte en humor.
Hay que diferenciar muy bien entre contar chistes y dibujar chistes. Humoristas gráficos no hay. No. No hay. Es que en Sevilla nos hemos tirado muchos años solos Garmendia y yo. Juan Carlos… No lo veía yo como humorista. Era como una mala derivación de Mingote. Me acuerdo de Summers, pero era de Huelva… A su entierro fuimos Madrigal, Máximo y yo, nadie más de la profesión.
Lo que fue importante es ser de Sevilla y desembarcar en Madrid, en “El Jueves”, por ejemplo. Y es que aquí no había editorial importante. Yo intenté sacar una revista, “Humor Andaluz”. Sacamos un número y ya está. Ahí estuvo Josele, pero nos faltaba gente. Es que, en el fondo, es muy difícil hacer el humor. La gente se cree que es cosa fácil, pero no. El humorista puede nacer, pero también se hace. Hay que observar, se te enciende una lucecita y…
Verás, te cuento. Yo nací en Triana, en la calle Pagés del Corro, frente al cine Avenida de Verano. Junto a mi casa había un colegio de monjas, donde hay unos comedores sociales. Pues yo iba a ese colegio. Y había una monja muy bajita que se parecía mucho a otra monja que salía en la película “Amarcord” de Fellini… ¡Que película aquella! La de recuerdos de niñez que encierra… Es mi película favorita. Bien, sigo. Aquella monja chiquitilla me hacía siempre un dibujo en la primera página de cada cuaderno que estrenaba. Y a mí me gustaban mucho aquellos dibujos. Estaba deseando estrenar cuaderno para que la monja me hiciera otro dibujo. Pues estoy convencido de que aquellos dibujos fueron los que levantaron en mi la afición a pintar, a hacer otros dibujos… Le guardo un buen recuerdo a aquella monja. Y de mayor he seguido viendo a esta monja, hasta que murió. A mi mujer no le cabía en la cabeza.
También me influyeron mucho las láminas de Freixas. Pero al final, como los niños de Triana, a la Cerámica Santa Ana, a pintar. Y a mí me pusieron a pintar carteras. Esas que se vendían en Casa Rubio y que se veía un torero… Primero te ponían el modelo, lo hacías un montón de veces, hasta que, cuando te salía bien, te daban las carteras y a pintarlas… Y de ahí a Artes y Oficios que estaba en la calle Antillano Campos. De allí salieron buenos pintores.
Los chistes son algo así como la asignatura pendiente.
Es que contar chistes es muy difícil. Hay que ser un poco actor. Yo, que he sido actor contigo, me cuesta trabajo contar un chiste delante de alguien desconocido. Pero el chiste es algo muy importante. Contarlo y provocar la risa es crear un momento de felicidad. A mí me decía un periodista que se llamaba Barbadillo, que los dibujantes de chistes éramos los payasos de la prensa. Y lo decía con el doble sentido…
Yo estuve malo una temporada muy larga y, recuerdo, que Garmendia me quiso quitar mi sitio… Y tuve que hablar con Paco Rosell, que entonces dirigía “Diario 16” y me tranquilizó. Antonio era culo de mal asiento. Cuando le daba la pájara, como él decía, dejaba lo que fuese y se marchaba a otro lado. Pero yo le recomendé para el semanal que se iba a publicar. Y él me preguntaba:
-¿Paco Rosell está bizcochable?
Y publicó.
Yo ahora no dibujo, pero me hubiera gustado dibujar para “El País”, pero eso es imposible. Me llamaron de “La Razón”, pero yo tengo para comer… No hay revistas de humor. “El Jueves” terminó como una cosa de niños. Perdió toda la fuerza que llegó a tener.
También dibujé en una revista militar mientras hacía la mili. Cuando fui a recoger la cartilla porque me licenciaba, el que fuera me preguntó el por qué de aquellos pelos que llevaba y le dije que era periodista. Me arreó una bofetada y me dijo que me pelara como un hombre…

viernes, 2 de octubre de 2015

Carlos Álvarez Nóvoa


Como homenaje a su figura, ofrecemos esta entrevista que mantuvo en su día con Joaquín Arbide 


Álvarez Nóvoa durante la entrevista.
Un largo recorrido que comenzó en La Felguera (Asturias) en 1940 y llegó hasta Palomares del Río, el mundo y la humanidad. Una vida entre el arte, la comunicación y la docencia. Locutor en Radio Oviedo y en La Voz de Madrid; licenciado en Derecho y en Filología Románica; Profesor de instituto; actor de teatro, cine, TV y director de escena. ¿Maestro de mucho? Si. Y, además, oficial de todo. Una carrera coronada con el premio Goya al mejor actor por “Solas” de Benito Zambrano.

Hasta llegar ahí, 42 montajes como director teatral; 34 actuaciones en obras teatrales; 12 en televisión; 16 papeles en largometrajes y 38 en cortos. A todo ello hay que añadir dos novelas, varios cuentos, un libro de viajes, libros de ensayo e investigación sobre teatro y 12 obras dramáticas originales y estrenadas.

Y bien –se preguntarán ustedes-. ¿Y de donde sacaba tiempo para dar clases?
A principios de los 60 ya las daba en la Universidad de Oviedo. En 1971 comienza su peregrinar por institutos de Enseñanza Media: Manacor, Osuna, Constantina, Marchena, Sanlúcar la Mayor, Reims, Coria del Río y Sevilla. Su última etapa como enseñante transcurre en el Instituto del Teatro de Sevilla entre 1990 y 1997.
Sentarse a tomar una cerveza con un entrañable y viejo amigo, como  Carlos Álvarez Nóvoa, es todo un placer. Así estuvimos una mañana en un bar entre Triana y Los Remedios.

“Mis alumnos recordados en general, en conjunto, eran como todos los adolescentes: gente generosa, entusiasta, con ese encanto especial de quien empieza a descubrir la vida y todo le interesa. Me sentí querido por ellos y quise mucho. Entre el año 70 y hasta el 84 –que aún no tenía hijos- creo que, de alguna manera proyecté sobre ellos mi paternidad no disfrutada aún. Y a partir del 84 el cariño de los hijos que tuve, curiosamente, no disminuyó ese afecto sino que lo potenció. Pero no se entienda con esto que les paternalicé. Fui, sobre todo, profesor y, en muchos casos, amigo.

Guardo en mi memoria momentos emocionantes verdaderamente inolvidables. Este me ocurrió en 1982 en el Instituto de Sanlúcar la Mayor, con un alumno que se llamaba Joaquín. Se trataba de hacer un ejercicio de redacción. Propusieron primero los temas y luego votaron. Escogieron el más tópico: el mar. Tenían quince minutos para escribir. Al acabar, quien quiso leyó su redacción. Votaron de nuevo y eligieron la de Joaquín. Contaba que nunca había visto el mar. El premio consistió en llevarlo, junto con dos compañeros de clase a Mazagón. Durante el camino paramos en Moguer para visitar la tumba de Juan Ramón y Zenobia, ante la cual recitamos algunos versos del poeta. Al llegar a la playa, Joaquín se adelantó unos pasos. Estuvo mucho rato quieto, mirando al mar. Por fin se giró hacia mí. Nunca olvidaré aquella mirada que expresaba un infinito asombro, ni su exclamación:

-¡Es redondo!
Con el paso del tiempo, Joaquín, creo recordar, llegó a ser alcalde socialista de Sanlúcar.

Con motivo de representaciones teatrales y de muchos viajes y excursiones, han surgido mil historias hermosas. Alguna tan hermosa como la de haberme encontrado cinco años después de haber sido alumna mía con quien hoy es –y desde hace 23 años- mi mujer y madre de mis dos maravillosos hijos.

Mis clases en los institutos eran serias, participativas y respetuosas. Todos mis alumnos siempre supieron que en mis clases se trabajaba y se exigía; yo les exigía, porque me exigía a mi mismo. Pero nunca, nunca hubo la menor tensión. No perdíamos ni un minuto, pero quizá porque me apasionaba lo que explicaba; por eso, sin esfuerzo, creo que lograba transmitir ese entusiasmo. Y trabajando lo pasábamos bien. Fuera de clase, en actividades extraescolares o tomando una copa, lo pasábamos bien de otra manera.

No conocí a maestros que pegasen a los alumnos, ni alumnos que agrediesen a los profesores. Mi etapa de actividad transcurre entre 1970 y 1997 y, por tanto, no vivo ninguna de las dos épocas. 

Me gustaba montar actividades culturales y lúdicas con los alumnos. Recuerdo las realizadas en el Instituto Vicente Aleixandre de Triana. Montamos la “Historia del hombre que se convirtió en perro” de Osvaldo  Dragún, “Don Álvaro o la fuerza del sino” del Duque de Rivas y “Cada muchuelo a su olivo” de “Tábano”. Los grupos se llamaban “Teatro Estudio Triana” y “Teatro Diversión Triana”. Organizamos una revista hablada con motivo de un fin de curso y dentro de la cual iban las obras citadas y canciones, humor y concursos. Se hizo con los alumnos de segundo de BUP un domingo por la mañana en el gimnasio del instituto.

Los últimos años, del 90 al 97, estuve dando clases en el Instituto del Teatro, un ambiente muy especial. Entre los alumnos que tuve recuerdo a Paz Vega, Paco León o Alex O´Dogherty, entre otros. La alumna más especial que he tenido en toda mi vida es Carmen Dorado, mi mujer...

Precisamente de ese año, último en el que ejerzo como docente, guardo el recuerdo más triste de mi carrera y es el cierre del Instituto el Teatro de Sevilla. Una historia mezquina de quienes propiciaron aquel cierre. Una historia para ser olvidada.”

Y no solo hemos contemplado, o vamos a contemplar, los trabajos  y experiencias dramáticas realizados por profesores con alumnos, sino que hemos descubierto seminarios en los que han trabajado profesores con profesores. Dentro de un proyecto programado por el Centro de Profesores “Cornisa del Aljarafe”, de Castilleja de la Cuesta, estuvieron trabajando durante dos años en un seminario que desarrolló un trabajo de mesa sobre “Luces de Bohemia” que continuó con un segundo nivel dedicado a la preparación del actor, utilizando en este caso el “Tartufo” de Moliere como texto de referencia y que culminó con un trabajo sobre la puesta en escena.

         ...nuestro intento –escribe Carlos Álvarez- ha consistido en preparar un montaje, no pretendiendo ofrecer un espectáculo terminado, sino compartir con un público amigo nuestra última sesión de trabajo, en la que representaremos una versión libre sobre “Sublime decisión”, de Miguel Mihura, adaptada al número y características de los profesores-cursillistas, en el punto al que hemos podido llegar, después de solo quince días de ensayos. En clave de comedia se plantea en esta obra un tema serio: la lucha de la mujer por acceder al mundo laboral con la misma consideración que los varones. Nuestro montaje pretende solo ser una aproximación al trabajo profesional que sirva a quienes han hecho este cursillo como acercamiento a este mundo.
         El montaje estuvo dirigido por Carlos Álvarez Nóvoa.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Antonio Montero Alcaide


 

En nuestro proposito de poner el foco en la educación, hablamos con Antonio Montero Alcaide pedagogo, Inspector de educación y profesor de profesores. Escuche sus opiniones.

Antonio Montero Alcaide. Ejerce su actividad profesional como Inspector de Educación, después de haber desempeñado funciones docentes en distintos niveles del sistema educativo (Educación Primaria y Secundaria). Es profesor, asimismo, de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, por la que obtuvo el Grado de Doctor con Premio Extraordinario; y su actividad investigadora ha sido objeto, además, de distintos reconocimientos. Cuenta con una extensa publicación de libros, ocupados en ámbitos didácticos y de la organización escolar, y colabora, de manera habitual, con revistas educativas y periódicos profesionales (Escuela). Tiene, a su vez, una amplia experiencia en actividades de formación del profesorado y conocimiento sobre los ámbitos y dinámicas que concurren en el funcionamiento de los centros educativos: de manera especial, los procesos relacionados con el diseño y desarrollo del currículo.

Articulista además de temas de interés social, es asiduo colaborador de las cabeceras del Grupo Joly.

domingo, 9 de agosto de 2015

Francisco Robles


 
Traemos hoy a esta sección una entrevista con Francisco Robles con motivo de la publicación de su novela El aguador de Sevilla. En esta charla hablamos de Velázquez, de Sevilla y como no, de Paco Robles.

Francisco Robles Rodríguez (Sevilla, 1963), licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, irrumpió en el periodismo en 1999, logrando en muy poco tiempo un amplio seguimiento gracias a una prosa ágil y mordaz. El autor no era un desconocido en los ambientes literarios locales, donde ya contaba con tres libros: «Tontos de capirote» (1997). «La feria de las vanidades» (1998) y «Las letras del cante» (1998), escrito con José Luis Blanco Garza y José Luis Rodríguez Ojeda.

Desde entonces Robles ha desarrollado su carrera como articulista en el periódico El Mundo de Andalucía, aunque ha compaginado esta tarea con una prolífica carrera en la televisión local, siempre ligado a Sevilla TV, donde dirigió y presentó el programa «Ojos que nos ven», el programa de análisis político y social con más audiencia en la televisión local. Desde 2009 escribe su columna diaria en ABC de Sevilla, y en 2013 ganó el Premio Romero Murube por su artículo “Somos Sevilla”. El polifacético periodista también tiene una presencia habitual en la radio, con su programa diario en Cope Sevilla.

Además de ser un respetado analista político, en el perfil de Robles destaca su faceta cofrade, siendo uno de los especialistas en la Semana Santa de Sevilla más reconocidos en la capital hispalense. Esta consideración le ha merecido una estrecha relación con las distintas hermandades, habiendo pronunciado la Exaltación de la Vera-Cruz, la Exaltación de la Cruz de Mayo de la Hermandad del Silencio y el Pregón de los Armaos de la Macarena.

En paralelo a su labor en los medios de comunicación, Robles, profesor de Lengua Española y Literatura en excedencia, no ha abandonado su faceta de escritor, en la que lleva publicados una docena de títulos, alguno ya en la sexta edición. Entre sus obras destacan «El fútbol es algo más... que veintidós individuos corriendo detrás de una pelota», (1999. Signatura Ediciones de Andalucía); «Cernuda para jóvenes» (2003. Signatura Ediciones de Andalucía); «Monipodio» (2004. RD Editores). «Poesía eres tú: Bécquer, el poeta y su leyenda» (2004. Signatura Ediciones de Andalucía); «Mester de progresía: Teoría y praxis del progre ibérico o cómo quedarse con el personal» (2005. Editorial Almuzara); «Historia de Sevilla», con Álvaro Pastor (2006. Signatura Ediciones de Andalucía); «Semana Santa: antología literaria» (2006. Signatura Ediciones de Andalucía); «Hijos de la Logse: claves para entender y superar el fracaso educativo» (2008. Ediciones El Toro Mítico); y «Trío de capilla», con Javier Rubio y Juan Miguel Vega (2008, Jirones de azul).

Posteriormente ha publicado Sevilla en el espejo (Guadalturia Ediciones), Sevilla ciudad eterna (Almuzara), El aguador de Sevilla y Miradas (Algaida) entre otras.

También ha sido director de la revista El Libro Andaluz (Asociación de Editores de Andalucía). Por otro lado, Robles ha dirigido las series audiovisuales «Historia de Sevilla», con Álvaro Pastor; «Sevilla Siglo XX», con Álvaro Pastor y Manuel Jesús Roldán, e «Historia de Córdoba», con Juan José Primo Jurado, todas ellas distribuidas con ABC.

jueves, 16 de julio de 2015

Ángel Vela


 

Para hablar de Triana, es indispensable conversar  con Ángel Vela. Eso es lo que hacemos hoy en esta entrevista sonora que le invitamos a escuchar.

ÁNGEL VELA NIETO, nació en la Cava de los civiles en 1944 y desde muy joven se siente atraído, casi embrujado, por la historia, costumbres, tradiciones y personajes del barrio donde ha transcurrido toda su vida. Ha llevado sus conocimientos trianeros a la prensa de la ciudad y a distintas revistas y publicaciones y, muy especialmente, a una serie de obras que se inicia con el libro-catálogo “Triana, semblante y genio”, al que seguirán “Triana en tres tiempos”, “Diccionario Trianero” (publicado en parte en la revista “Triana”), “Personajes relevantes de Triana”, “Triana, fiestas y costumbres”, “Triana, sitios y presencias”, “30 toreros de Triana” (con dibujos de Antonio Badía), “Triana, un barrio de cine” y “Triana y su Velá” (la crónica antigua de la fiesta). Tiene por publicar “Ricardo Miño, cincuenta años caminando juntos” y “Triana, la otra orilla del flamenco”.

Asimismo ha publicado varios títulos sobre la ciudad, tales como “Sevilla en la tarjetografía postal”, “Sevilla, veinte años de recuerdos”, “El Jueves, historia de una feria milenaria”, el libro-catálogo “Recuerdos de la Exposición Iberoamericana”, “Descifrando Sevilla” y “Descubriendo Sevilla”, libros estos dirigidos y publicados por Pedro Tabernero y en los que ha compartido texto con Caballero Bonald, Julio Manuel de la Rosa, Fernando Ortiz, Miguel García-Posada y el propio Pedro Tabernero.