lunes, 16 de noviembre de 2015

Francisco Vélez Nieto




 La cultura de base y la cultura cívica no está a la altura que Sevilla debe poseer. Dan ganas de volver a coger las maletas y abandonar la ciudad.

Francisco Vélez Nieto es escritor, poeta y comentarista literario. Este loreño hijo de ebanista-carpintero tomo su afición por la lectura de su padre. Socialmente inquieto y comprometido, ha visto la realidad desde numerosos prismas. Emigrante en Alemania, empleado de hotel en la Costa del Sol, sindicalista y sobre todo poeta. Lo podrán encontrar en todos sitios siempre que hace falta un hombre de auténtica confianza, por que en sus manos, que se llenan de palabras, siempre se puede poner, tranquilamente, lo que se haya de preservar.


Hablamos con Paco Vélez de política, de literatura, de Itálica y sobre todo de poesía.



¿Qué fue lo primero, la vocación poética o la política?



Siempre la vocación poética cogida de la mano de la libertad de expresión. La política fue mi compromiso ciudadano contra la dictadura. Cuestión de principios en favor de la democracia y la justicia bien pesada.



¿Qué ha supuesto para Paco Vélez la vocación política?



Yo diría mejor la vocación sindical. Siempre la política ha estado en un tercer plano. Nunca he ocupado y deseado un cargo político. Tampoco he sido “Demócrata de toda la vida”, que es lo que se lleva,



¿Qué te ha dado la poesía, Paco?



Me llena de satisfacciones.  La poesía es el placer creativo de la idea y la palabra y madre de la filosofía



 Itálica ha estado muy presente en tu vida y en tu obra. ¿Qué representa Itálica para ti?


Un importante y largo capítulo  de estímulo en lo  cultural y profesional en mi vida. Mi entrega anónima ha sido muy gratificante en el esfuerzo común y empeño de sacar adelante la patria chica de dos  grandes emperadores del Imperio romano.



¿Nace tu vocación de crítico literario de la necesidad de trasladar a los demás tu pasión por la lectura?



 Efectivamente: “La pasión por la lectura” que es mi pasión primordial. Sin modestia me considero un buen lector. Lo que lleva un compromiso conmigo mismo que procuro transmitir en  mis Crónicas literarias.



Acabas de publicar Crónicas Literarias, un libro precisamente de crítica literaria. ¿Qué quieres aportar con este libro?



Lo considero una guía de buena literatura para el lector medio. Honesta y con la garantía de que las obras del abanico de autores que   representan garantía por su ameno y rico contenido. También una advertencia para que el lector  tenga cuidado no caer en el engaño de gato por liebre. Especialmente con los  best seller y los premios amañados por grandes editoriales, que más bien parecen inmobiliarios.



 ¿Cómo ve Paco Vélez el panorama de la literatura actual en nuestro país?


Tenemos de todo como en botica, Se edita demasiado -no todo bueno-, para el número de lectores que tiene el país. Padecemos manifestaciones, mentiras y apaños de unos gobernantes a los que solo les interesa la cultura de escaparate, lo que viene  produciendo una pobreza cultural que pagaremos muy cara. Posiblemente es lo que pretenden. La incultura voluntaria premeditada. “Mis crónicas literarias” lo señalan con claridad.



Por último Paco: ¿Qué es para ti la cultura sevillana?



Históricamente Sevilla ha tenido un importante peso y espacio  en la cultura sin fronteras de la historia. Hoy no es así. La cultura de escaparate  “Turismo cultural”  viene trivializando la realidad y el deseo. La mediocridad y el casticismo mal entendido son preocupantes.

No obstante existe una minoría culta e importante que oficialmente la administración no tiene en cuenta. Basta leer los programas de los partidos políticos y su discurso públicos para el bostezo. La cultura de base y la cultura cívica no está a la altura que Sevilla debe poseer. Dan ganas de volver a coger las maletas y abandonar la ciudad.
Claro que a mi edad.



Así nos despedimos de Paco Vélez autor entre otros títulos, en verso, de La otra historia de siempre, Excepto la derrota, Nueva Poesía Sevilla, Memoria ante el espejo, Itálica y otros poemas, Poesía Unida y Aura de luz y agua.



En prosa ha publicado Itálica y el Monasterio de San Isidoro del Campo (Guía para el paseante), Guía oCulta del Parque de María Luisa. (Paseo secreto entre glorietas y poetas) y Recuerdos de un tiempo vivido.



Caracterizado por su apoyo a los jóvenes poetas es Premio Mecenas de la Literatura Manuel Altolaguirre 2014 de la Asociación Colegial de Escritores de España-Andalucía y Consejero y Presidente de Honor de dicha Asociación en Andalucía. Pero sobre todo, no lo olviden, un hombre cabal.

martes, 3 de noviembre de 2015

Juan Manuel Albendea Pavón


Respecto a los toros, es evidente como ya he manifestado que estamos en presencia de un arte, tan singular como pueda ser la pintura, la escultura o la música, con la peculiaridad de que en los toros, el riesgo es verdad y no simulado como en el teatro.
 
En estos días se nos ha despedido del Congreso de los Diputados el que hasta ahora ha sido el presidente de su Comisión de Cultura: Juan Manuel Albendea no repetirá como presidente de la mesa de edad en la constitución de la nueva Cámara, allá por lo albores del próximo año.

«Me despido tras cinco legislaturas, tres con el Gobierno y dos con la oposición. Quiero manifestar mi sentimiento de gratitud a todos los grupos y letrados. Muchas gracias». Así se despidió el diputado por Sevilla  después de defender en la tribuna los presupuestos de la Casa Real, una vez más. Despedido con aplausos por diputados de distintos grupos  la vicepresidenta de la Cámara, Celia Villalobos, que en ese momento presidía la sesión, ha querido sumarse al homenaje: «Le vamos a recordar con muchísimo cariño. Ha sido usted un ejemplar compañero y un hombre de bien. Muchísimas gracias».

Personalmente comparto con doña Celia su calificativo de hombre de bien, leal a sus principios y con un profundo amor por la cultura a la dedicó mucho empeño, tanto desde el papel de mecenazgo como representante de la entidad bancaria en la que trabajo toda su vida, como desde la vertiente política a la que ha dedicado estos últimos veinte años.

Entre dos intervenciones quirúrgicas a las que está siendo sometido, Juan Manuel Albendea nos ha atendido para hablar de toros, cultura y política. Este es el resultado.

 ¿Qué ha supuesto  para el diputado por Sevilla, Juan Manuel Albendea, presidir la Comisión de Cultura del Congreso como culminación de su carrera política?

 Sin duda alguna ha sido una satisfacción y un honor inmerecido.

 ¿Cómo cree que afectará al desarrollo de la fiesta de los toros,  la aprobación de la declaración de la fiesta como Bien de interés cultural?

La declaración de la Tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial es un reconocimiento de la fiesta sin precedentes a lo largo de la historia. Es la primera vez que en una ley se dice, por ejemplo,  que “la Tauromaquia forma parte del patrimonio histórico y cultural común de todos los españoles.” O, todavía más contundente: “el carácter cultural de la Tauromaquia es indiscutible y merece ser preservado como un tesoro propio de nuestro país”. No hay precedentes en nuestra legislación de algo, ni siquiera parecido, a lo establecido en esta Ley 18/2013 de 12 de noviembre. Hasta ahora, referida a las corridas de toros solo existía la ley 10/1991 de 4 de abril sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos.
 
Pero esa ley, realmente era dar carácter legal a la reglamentación de las corridas, pero no representaba, ni mucho menos, un carácter absolutamente protector de la Tauromaquia.
Una expresa declaración de que los poderes públicos garantizarán la conservación de la Tauromaquia y promoverán su enriquecimiento de acuerdo con lo previsto en el artículo 46 de la Constitución es, también, sin duda un sólido argumento para que el Tribunal Constitucional  dicte  sentencia estimatoria del recurso presentado contra la prohibición de los toros en Cataluña por el Grupo Popular del Senado.
           
¿Que otros aspectos de su labor al frente de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, le gustaría destacar?
           
La Comisión de Cultura del Congreso en esta décima legislatura ha despachado, probablemente, más de trescientos asuntos, pero ello no es mérito del Presidente sino de los Grupos parlamentarios que los han presentado. Lo que sí me gustaría destacar del desarrollo de la Comisión es el alto grado de consenso que se ha alcanzado en temas muy diversos , probablemente, sin comparación con otras Comisiones.
Es difícil destacar los asuntos más relevantes que hemos tratado en la Comisión. Citaré solo unos pocos:
Ley reguladora de la Biblioteca Nacional de España (la Biblioteca Nacional no tenía un precepto con rango de ley).
Conmemoración del V Centenario del descubrimiento del Océano Pacífico por Vasco Núñez de Balboa.
Solicitar al Gobierno que consiga que en la Unión Europea se reduzca el IVA de los libros electrónicos al 4%, igual que los de soporte físico.
Impulsar el micromecenazgo para las actividades culturales.
Ley declarando la Tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial.
Conmemoración del 750 Aniversario de la incorporación de Jerez de la Frontera a la Corona de Castilla, de la mano de Alfonso X el Sabio.
Declaración del Día Nacional del Flamenco (La Unesco en noviembre de 2010 lo declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad)
Fomento de los rodajes cinematográficos en España-
Conmemoración del Centenario de la publicación de “Platero y yo”
Fomento del teatro amateur
Conmemoración del III Centenario de Fray Junípero Serra
Celebración del bimilenario  de la muerte del Emperador Augusto.
Medidas para impulsar la concienciación de la importancia de las ciudades de Ceuta y Melilla, como únicas fronteras terrestres de la Unión Europea en África.
Conmemoración del IV Centenario del fallecimiento en Toledo de El Greco.
Instar al Gobierno a colaborar con la ciudad de San Sebastián en la celebración del evento denominado por las instancias europeas como Capital Europea de la Cultura a lo largo del año 2016.
Candidatura de la sardana como patrimonio cultural e inmaterial de la Unesco.
Podría seguir citando temas, pero no voy a citar los más de trescientos asuntos tratados, estos son los que me parecen más destacados.

¿Alguna anécdota curiosa?

A una diputada de Convergencia y Unio la invite un día a una corrida en La Maestranza y pensé que le había gustado, que la había ganado para la causa. No debió ser así, pues a los tres días hubo un debate en la Comisión sobre los toros y los puso a parir.

¿Qué panorama presenta la cultura en España desde el Palacio de la Carrera de San jerónimo?

El panorama me parece positivo, pero, sin duda, siempre hay que aspirar a más nivel y mayores actividades culturales.  Hay que facilitar toda clase de actividades culturales; por ejemplo reduciendo el IVA cultural que afecta a los espectáculos como el cine, el teatro o los toros. En los colegios y en las  universidades hay que mentalizar a la juventud, que no todo es el fútbol, sino hay que aficionarse a muchas otras manifestaciones que enriquezcan su currículum.

Los dos pilares de su actividad política han sido la defensa de la Monarquía y la defensa de la fiesta nacional. ¿Qué siente como paladín de dos asuntos tan cuestionados en los agitados tiempos que corren?

La Monarquía la vengo defendiendo desde que era adolescente. Cuando Don Juan Carlos y su hermano Don Alfonso (q.e.p.d) iban  desde San Sebastián, donde estudiaban,  a Madrid,  a examinarse durante sus cursos de bachillerato, unos cuantos adolescentes monárquicos acudíamos a presenciar los exámenes orales y tengo testimonios gráficos de aquel entonces. También el primer lugar a que acudí de viaje de novios (el día 11 de octubre hizo 50 años) fue con mi mujer a Villa Giralda en Estoril a cumplimentar a don Juan, quien para nosotros era Juan III.  Por tanto, mi defensa de los presupuestos de la Casa de S.M. el Rey en el Congreso, durante, por lo menos trece años seguidos era una prueba más de mis convicciones monárquicas y lo hago con auténtica pasión.

Respecto a los toros, es evidente como ya he manifestado que estamos en presencia de un arte, tan singular como pueda ser la pintura, la escultura o la música, con la peculiaridad de que en los toros, el riesgo es verdad y no simulado como en el teatro. Mi afición a los  toros quiero recordar que comenzó en Madrid a los doce años y que llevo abonado a La Maestranza, cuarenta, con la suerte de que a mi mujer, Mariquilla,  también le gustan los toros como a mí.


Usted dejó hace 20 años su puesto de alto ejecutivo bancario para dedicarse a la política ¿Ha merecido la pena?

Sí, ha merecido la pena. Desde jovencillo he tenido vocación política pero con ocho hijos no era posible dedicarme a la política. En contra de lo que muchos piensan, la retribución de los políticos en España es muy inferior a la de otros países de la Unión Europea y sólo cuando ya los hijos podían navegar por su cuenta, fue posible satisfacer mi vocación. La política es una actividad muy noble. Ayudar a resolver los problemas de los ciudadanos causa gran satisfacción.  

Este es Juan Manuel Albendea, un hombre de bien, como dijimos antes. Una imagen de político que no tiene nada que ver con el estereotipo que ahora circula por los medios de comunicación. ¡Madre mía las etiquetas! Ahora se marcha como ha hecho Alfonso Guerra, vendrán otros, claro que sí, más jóvenes pero ya nos gustaría que recogieran el testigo de esta generación que se retira  con los mismos principios que ellos alimentaron a la política. Ni todos son casta, ni corruptos, ni han vivido de espaldas a sus ciudadanos. Nuestros respetos.