viernes, 10 de junio de 2016

José Javier Ruiz


 No hay duda que el ejercicio diario de la medicina, el contacto con el sufrimiento, con las intimidades, las preocupaciones y los miedos de los pacientes nos dotan de una materia prima muy valiosa que ninguna otra profesión puede adquirir.

JOSÉ JAVIER RUIZ.  (Sevilla 1964) es pediatra desde el año 1997, ejerciendo su actividad profesional en su ciudad natal, donde alterna su labor en el Centro de Salud La Plata, del Servicio Andaluz de Salud, con el ejercicio privado en el IHP de Sevilla.

Desde hace años indaga en el pasado de Sevilla, primero escribiendo diferentes novelas históricas,y después creando la Colección Callejeos por Sevilla, fruto de sus interminables paseos por su ciudad, Sevilla/ ciudad galana/ que comenzaste a vivir/ de un beso que la mañana/ con tintes de ópalo y grana/ dio al claro Guadalquivir, como la describiera en una ocasión Luis Montoto. Hoy hablamos con él a propósito de la presentación de sus Callejeos por Triana en la histórica Peña Trianera del arrabal sevillano.

Pediatra y escritor. ¿Qué nació antes, la vocación médica o la literaria?
Sin duda la vocación médica. Desde niño quise ser médico según dicen mis padres, y nunca dudé del camino a seguir. Escribir vino después, cuando conseguí llegar al final de mi meta, de la larga carrera de fondo que tenemos que realizar los médicos hasta conseguir situarnos.

Se ha escrito mucho sobre la tendencia de los médicos por la literatura ¿Tiene alguna teoría que justifique esa deriva?
Es verdad que existe esa tendencia. Todos recordamos a Ramón y Cajal o a Gregorio Marañón como ejemplo de médicos que además de adquirir prestigio con sus carreras fueron excelentes escritores. Otro sería Arthur Conan Doyle, el padre de Sherlock Holmes.

No hay duda que el ejercicio diario de la medicina, el contacto con el sufrimiento, con las intimidades, las preocupaciones y los miedos de los pacientes nos dotan de una materia prima muy valiosa que ninguna otra profesión puede adquirir. Eso, junto con la necesidad de evadirse del contacto diario con la enfermedad, hacen a cualquier médico un escritor potencial. Y así plasmamos en el papel la belleza del pensamiento humano (poesía o prosa poética) o narramos historias llenas de personajes que más de una vez han podido pasar por nuestras consultas (novelas), o incluso nos aventuramos a indagar en la historia en busca de información que nos haga evocar otros tiempos pasados.

Acaba de presentar su tercer volumen de la serie Callejeos por Sevilla ¿Qué pretende con esta colección?
Sevilla atesora una historia apasionante y rica, un pasado tan intenso que a pesar del transcurrir de los siglos sigue aflorando inesperadamente entre sus calles y plazas. Así que solo era cuestión de tiempo que en mis continuos paseos por ella me fuera encontrando con esas huellas del pasado. 

Personajes históricos, leyendas antiguas, iglesias y conventos, tradiciones populares, hermandades y desde luego tabernas famosas y bares llenos de historia se fueron amontonando ante mí de tal forma que no tuve más remedio que comenzar a escribir todo lo que Sevilla me iba mostrando.

Y así nació “Callejeos por Sevilla”, una serie de rutas por los barrios de la ciudad en las que es la misma ciudad la que caprichosamente marca el guión.  

El primer título de la serie fue el dedicado a los Barrios de San Lorenzo y San Vicente. Supongo que influyó en la elección, su devoción por el Señor de Sevilla. ¿Cómo definiría esta zona de Sevilla?
Claro. Yo voy mucho a la Plaza de San Lorenzo, como tantos sevillanos, al corazón de la devoción de la ciudad, a la basílica del Gran Poder, pero siempre me quedaba en la plaza o sus alrededores. No me introducía en el barrio. Y eso hizo que fuera un verdadero ignorante en las riquezas que San Lorenzo y San Vicente atesoran. Así que mis primeros callejeos fueron por estas collaciones, añadidas al primitivo núcleo poblacional por los almohades en el siglo XII, trazadas a tiralíneas al ser inicialmente utilizadas como huertas y lugar de recreo. Barrios de conventos y órdenes religiosas, de poetas, entre sus calles me encontré con Rafael Montesinos, Romero Murube y Rafael Laffón, de viejas hermandades, y desde luego de numerosas iglesias, verdaderos museos artísticos.

Luego se pasó a la judería ¿Qué encontró allí?
“Callejeos por San Nicolás y San Isidoro” comenzaron en la calle Mateos Gagos, los límites de la judería y desde allí recorrieron la calle Abades para subir al primitivo altozano, el cerro a salvo de las cíclicas crecidas del Guadalquivir donde se asentaron los fenicios, los fundadores de la vieja Sevilla, Ispal. 

Después llegarían los romanos levantando su primera ciudad, ya Híspalis, en el mismo sitio, por lo que estos callejeos pasan junto a las columnas de la calle Mármol y acaban en la Alfalfa, cerca del castellum aquae, la gran cisterna encontrada en la plaza de la Pescadería, la antigua Costanilla.

Y ahora ha publicado la primera parte del dedicado a Triana. Otro mundo ¿No es así?
Sin duda. Yo diría otra Sevilla. Porque sus orígenes son diferentes. La orilla derecha del Guadalquivir tuvo su propia dinámica, tanto que el cauce del río se trasladaba de un sitio a otro impidiendo asentamientos humanos prolongados, hasta llegar a la época musulmana, cuando parece que se estabiliza. Los almorávides fundaron el primer barrio de Triana y después los almohades lo unieron a Sevilla a través del Puente de Barcas, construyendo poco después un castillo a su lado que lo defendiera.

Aun así, los trianeros siempre han estado muy aislados de Sevilla, y hasta la inauguración del Puente de Isabel II en 1852, la población de Triana estaba mejor comunicada con los pueblos del Aljarafe que con la otra orilla del Guadalquivir. Esto ha creado un sentimiento de identidad propia muy acentuado entre los trianeros que es preciso conocer y respetar. Por eso “Callejeos por Triana” además de narrar la historia de los lugares por donde transcurre, recuerda a numerosos trianeros que han ido dejando sus huellas por todo el barrio. Y desde luego al flamenco, a la alfarería y a la cerámica, señas de identidad propias del barrio.

¿Lo próximo será completar el Arrabal de Sevilla?
Claro, porque Triana es tan amplia que para poder mantener el formato de la colección como libros manejables que se puedan llevar en las manos mientras se pasea, fue preciso dividir en dos partes el barrio. Esta primera transcurre por la Triana alfarera del norte, quedando por callejear el sur marinero que se formó alrededor de la iglesia de Santa Ana.

¿Como escritor que prefiere, ficción o no ficción?
Prefiero la novela histórica, donde se mezcla la realidad de un momento determinado de la historia con la ficción que el novelista inventa para aderezar la obra y que sea más amena.

Aparte de los Callejeos, en los que está centrado ahora, ¿que libro le gustaría escribir sobre Sevilla?
Uff. Muchos. Cualquier episodio de la amplia, rica y desconocida historia de nuestra ciudad. Un libro muy interesante sería la vida de don Fadrique de Castilla, el hijo del rey San Fernando, el que construyera la torre que lleva su nombre.

Curar niños, escribir libros y su pasión por el Sevilla F.C. ¿Hay tiempo para todo?
Por supuesto que sí. La jornada tiene muchas horas. El trabajo ocupa la mayoría pero siempre quedan ratos para salir a pasear por Sevilla, para interesarse por donde vamos, a qué sitios llegamos o quién fue tal o cual personaje del pasado. Y desde luego para apasionarse por unos colores, los del Sevilla FC, un equipo que nos está dando tantas alegrías últimamente. Todos deberían experimentar la pasión por un club, la alegría compartida con familia y amigos y el orgullo de pertenecer a un equipo que representa a tu ciudad allí por donde va.

sábado, 16 de abril de 2016

Andrés Amorós


 Aunque la realidad cotidiana nos ofrezca, por desgracia, tantos testimonios en contra, no debemos dejar de soñar con esa Sevilla ideal.

Nacido en Valencia en 1941, Doctor en Filología Románica y Catedrático de Lengua y Literatura, ha impartido clases de Literatura Española en la Facultad de Letras de la Universidad Complutense y publicado críticas literarias en importantes revistas. Andrés Amorós ha obtenido, entre otros, los Premios Nacionales de Ensayo y Crítica Literaria, el Fastenrath de la Real Academia Española y el de las Letras Valencianas.

Autor de más de 150 libros entre los que caben destacar: Introducción a la novela contemporánea, Sociología de una novela rosa, 1967; Eugenio d'Ors, crítico literario, 1971; Introducción a la novela hispanoamericana actual, 1971; La novela intelectual de Ramón Pérez de Ayala, 1972; Modernismo y Postmodernismo, 1974; Diario cultural, 1983; Clarín y la Regenta, 1984; Toros y cultura, 1987. Escribió también para teatro una versión de Don Juan Tenorio titulada La Avispa, 1985. En 1999, salió a la luz una edición suya del Quijote, diseñada para todos los públicos, que pretende constituirse en verdadera vulgata. En 1996 hizo su primera incursión en la novela, que se basó en la leyenda de Simeón el Estilita y en 2004, El juego de las parejas, protagonizada por nueve personajes en cuyas vidas la música juega un papel muy importante.

Su proximidad al mundo de los toros, como aficionado  y como erudito en literatura taurina, le han convertido en una referencia en este ámbito. Actualmente es crítico taurino de ABC.

Vinculado siempre al mundo del teatro, en 2000 abandonó la dirección de la Compañía Nacional de Teatro Clásico para encabezar el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), cargó que abandonó cuatro años después.

Andrés Amorós ha obtenido, entre otros, los Premios Nacionales de Ensayo y Crítica Literaria, el Fastenrath de la Real Academia Española y el de las Letras Valencianas.

Muy vinculado a Sevilla, ha sido Pregonero Taurino de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y es Académico Correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

Cortés, sensible, modesto y educado siempre es un placer conversar con Andrés Amorós. Hoy aprovechamos para hacerlo de Cervantes y de toros.

¿Qué le gustaría significar de la figura de Miguel de Cervantes en este año conmemorativo de su figura?

Es, sin duda, la mejor novela de la historia: la referencia para todos los que, después de Cervantes, han escrito relatos. A lo largo de los siglos, los españoles se han reconocido a sí mismos leyendo El Quijote. Como Velázquez, es el símbolo de la mejor España, nos enseña a comprender y aceptar la realidad. Lo define Antonio Machado: “Leyendo a Cervantes, me parece entenderlo todo”. No cabe mejor elogio de una obra literaria.


¿Dónde está la magia de El Quijote?

En que es absolutamente nuestro contemporáneo. Se anticipa a muchas técnicas propias de la novela actual: el narrador no fiable. El perspectivismo. El “realismo de almas” (Dámaso Alonso). El tiempo subjetivo (la cueva de Montesinos). La metaliteratura. La voluntaria ambigüedad de una obra abierta: “Todo eso pudiera ser, Sancho... Tú, lector, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere, que yo no debo ni puedo decir más”.

Con estas técnicas, Cervantes nos transmite unos valores totalmente vigentes: la libertad (“Libre nací y en libertad me fundo”). El valor heroico (“¿Leoncitos a mí?”). La igualdad de todos (“Nadie es más que otro si no hace más que otro”). La realidad de los sueños. La ética del esfuerzo, no del éxito (“Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo, será imposible”). En definitiva, la dignidad, ante la muerte (“Señores, vámonos poco a poco... Ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño”).


¿Son Don Quijote y Sancho las dos caras del arquetipo sociológico español?

Sí, pero no sólo español sino universal: del ser humano, en general. Y no son contrarios sino complementarios; viajan juntos, dialogan incansablemente, se contagian: como vio Salvador de Madariaga, Don Quijote se sanchifica y Sancho se quijotiza.


¿Cómo es la imagen de Sevilla que se proyecta en la obra de Cervantes?

Muy rica y compleja, como era aquella Sevilla, “gran Babilonia de España”, centro entonces del mundo, y como no podía dejar de percibir  Cervantes:  el Licenciado Vidriera, Cipión y Berganza, Rinconete y Cortadillo, Carrizales y Loaysa, el barroco túmulo del rey.., Por eso me gusta pasear por Sevilla reviviendo, en los azulejos, las huellas cervantinas. Me gusta recordar especialmente una frase: “¡Oh gran Sevilla, Roma triunfante en ánimo y nobleza!”. Para Cervantes, no cabe más alto elogio.

Coincide con Rogelio Reyes en que: “Sevilla no fue uno más entre los lugares que enhebraron la rica biografía del gran escritor sino una referencia angular en su formación literaria y en su visión del mundo”.

Totalmente. Uno de los misterios de Cervantes es la distancia enorme que existe entre los datos biográficos que conocemos y su extraordinaria riqueza interior. Para alguien con una sensibilidad tan fina, tuvo que ser una experiencia decisiva vivir en aquella Sevilla (igual que conocer la Italia del Renacimiento).

En plena temporada taurina, para el gran aficionado Andrés Amorós ¿Qué representa el ciclo de la Real Maestranza?

Cada temporada, la Feria de Abril y la Feria de San Isidro son los dos acontecimientos fundamentales de la Tauromaquia. En la sevillana, predomina la estética, el conocimiento, la sensibilidad; en la madrileña, la exigencia. Las dos son complementarias. Este año, además, vuelven al coso del Baratillo las primeras figuras – reparando un error que habían cometido – y compiten con jóvenes prometedores: eso da lugar a unos carteles muy ilusionantes.


Joselito y Belmonte mano a mano. ¿Qué aportó cada uno a la lidia?

Son las dos máximas figuras y las dos referencias permanentes: algo así como los Platón y Aristóteles de la Tauromaquia. Joselito lleva a la cumbre el toreo clásico, basado en el dominio de los todos los toros y todas las suertes; Belmonte abre la nueva dimensión estética de la Fiesta. Y, por supuesto, igual que Don Quijote y Sancho, los dos se influyen: toreando juntos, Joselito se belmontizó (depuró su arte) y Belmonte se joselitizó (mejoró su técnica). La unión de los dos supondría el ideal de la Tauromaquia.


Manolete y Pepe Luis Vázquez ¿Dónde está la diferencia?

Siendo, los dos, grandes figuras, su arte es totalmente diferente. Manolete representa la voluntad, la seriedad, la verticalidad, la quietud, el estoicismo; Pepe Luis, la inspiración, la gracia, el conocimiento, la sorpresa, la fantasía. Es una tentación considerarlos representantes de dos temperamentos muy distintos, el cordobés y el sevillano. Pero cada uno de los dos admiraba al otro. Se atribuye a Manolete la frase: “Si Pepe Luis quisiera, acababa con todos nosotros...”

¿Se ha perdido la relación entre los intelectuales y los toros?

No del todo pero sí es verdad que, antes, era mayor. Un momento único es el que representan la generación del 27, en Sevilla, con Ignacio Sánchez Mejías... Son figuras irrepetibles. Ahora, también son aficionados, por ejemplo, gentes como Mario Vargas LLosa, Pere Gimferrer, Paco Brines, Antonio Burgos, Albert Boadella, Aquilino Duque... Algunos se apartan ahora de la Fiesta por desconocimiento (España es ya una sociedad urbana, no agraria), por un ecologismo mal entendido o por un prejuicio político: justamente porque, en el mundo entero, se reconoce que la Tauromaquia es una seña de identidad de la cultura española.


Usted tiene un concepto de la Tauromaquia, que quizás fuera bueno conocer en estos confusos tiempos que corren. ¿Cómo es?

Es un arte, busca deleitar al espectador con la belleza, pero con algunas importantes peculiaridades. Como las artes del espectáculo, sucede en vivo, en directo, en un lugar y a una hora determinados, se vive como una experiencia irrepetible: como el teatro (frente al cine) o el concierto en directo (frente a la música grabada). Y algo decisivo: el material que emplea es un animal peligrosísimo y cambiante, a lo largo de la lidia. De ahí el riesgo y la enorme dificultad de un arte que puede unir, en grado sumo, inteligencia y estética, belleza y emoción.


Finalmente ¿Qué es Sevilla para Andrés Amorós?

¡Vaya pregunta! Objetivamente hablando, Sevilla es, sin duda, una de las más hermosas ciudades del mundo entero y una de las que poseen una tradición histórica más admirable. Subjetivamente, es un sentimiento muy difícil de definir: para mí, el “sueño eterno” de una forma de vivir basada en la armonía, la belleza, la gracia, la educación, la finura de espíritu... Aunque la realidad cotidiana nos ofrezca, por desgracia, tantos testimonios en contra, no debemos dejar de soñar con esa Sevilla ideal.

jueves, 3 de marzo de 2016

Antonio Najarro




 "Sevilla siempre nos ha tratado muy bien, es una ciudad con una gran historia del flamenco, con mucha sabiduría, respeto, y cuidado por nuestra danza".

(Madrid, 1975) Joven bailarín y coreógrafo, formado por los más prestigiosos maestros de danza en todos los estilos: ballet clásico, escuela bolera, clásico español, folclore, flamenco y danza contemporánea. Matrícula de Honor en Danza Española en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma de Madrid. 

Su carrera profesional la inicia con 15 años formando parte de las compañías de danza española más reconocidas como el Ballet Antología, Ballet del Teatro Lírico de La Zarzuela, Compañía Antonio Márquez, José Antonio y los Ballets Españoles y Compañía de Aída Gómez. Ingresa en el Ballet Nacional de España (BNE) en 1997, bajo la dirección de Aurora Pons, Nana Lorca y Victoria Eugenia y tres años después, asciende a la categoría de Primer Bailarín con Aída Gómez en la dirección artística de la compañía. 
 
Su vocación creadora le lleva muy pronto a coreografiar, participando en varias ediciones del Certamen Coreográfico de Danza Española y Flamenco de Madrid con Suspiro del Moro (1995), Movimientos Reversos (1996) y Nereidas (1999), primer Premio a la mejor coreografía en la VIII edición del mismo Certamen e incluida posteriormente en el repertorio del BNE.
 
Crea su propia Compañía Antonio Najarro en 2002, para la que ha coreografiado cuatro producciones: Tango Flamenco (2002), Flamencoriental (2006), Jazzing Flamenco (2008) y Suite Sevilla (2011). Contigo en soledad (2001),  fue creada para los campeones del mundo de patinaje artístico.

Ampliamente galardonado, por su valiosa aportación al mundo de la danza. Antonio Najarro,  fue nombrado Director del BNE en abril de 2011. Ahora llega a Sevilla al frente del mismo con el espectáculo Sorolla. Con este motivo hablamos con él.

¿Como nace en Antonio Najarro su vocación por la danza?

Nació cuando era muy pequeño, con la edad de ocho años, toda mi familia es de Málaga y allí descubrí lo que era bailar en las ferias, escuchar la guitarra, el cajón, el sentido del compás, era algo que me atraía muchísimo y no podía dejar de bailar, ahí empezó mi afición por la danza española. A primera hora de la mañana a la feria y me recogía por la noche, bailando sevillanas, malagueñas, verdiales, me apasionaba y me hacia sentir diferente y muy bien.

De ser primer bailarín del Ballet Nacional a dirigirlo diez años después ¿Qué se siente?

Pues la verdad es que cuando me lo comunicaron sentí una gran responsabilidad por tener que coger las riendas de la compañía más importante de danza española de nuestro país.

Al mismo tiempo sentí una gran satisfacción porque mi proyecto fuera elegido entre 19 proyectos presentados y porque un consejo de expertos hubieran decidido que mi proyecto era el mejor para dirigir el Ballet Nacional de España, sobre todo porque en ese momento tenía 35 años.

Ese reto le llega en uno de los momento de mayor dificultad económica de la institución ¿Cómo ha conseguido gestionarlo?

La verdad es que nos encontramos en el peor momento que ha vivido la compañía económicamente, pero al mismo tiempo hemos conseguido que la compañía se posicione en uno de sus mejores momentos artístico, en un momento de gran proyección nacional e internacional, llenando todas y cada una de las representaciones con un gran éxito de crítica y público. En los momentos de dificultades económicas hay que dar muchas más vueltas a la cabeza y sacar el máximo provecho de todo y, en muchas ocasiones, es cuando surgen mejores ideas, con mejores resultados.

El Ballet Nacional, es por supuesto uno de los mejores embajadores de España y su cultura ¿De que manera se percibe la danza española en el exterior?

La danza española triunfa en cualquier país donde vayamos, es una danza que habla desde el corazón al corazón, y eso lo entiende todo tipo de público, independientemente del país, cultura, religión, etc.

Tenemos que ser conscientes que en la danza española tenemos una de las mayores riquezas en nuestro país, totalmente exportable, y aclamado por todo el público internacional.

Uno de sus objetivos como coreógrafo ha sido actualizar la danza española, recuperar nuestro folclore. ¿Nos podría concretar esta idea?

Mi idea principal al entrar como director del Ballet Nacional de España, era conseguir que esta compañía sea una referencia en todo el mundo, por ser única en estilo. Compañías nacionales existen en muchos países, pero con nuestro estilo sólo existe una.

Por eso mi mayor interés ha sido recuperar todos los estilos de la danza española, desde la escuela bolera, la danza estilizada, el folclor y el flamenco, presentándolos de una manera muy actual, novedosa, capaz de atraer a todo tipo de públicos, especialmente al público joven, haciendo colaboraciones con coreógrafos, músicos, cineastas, estilistas, pintores, que enriquezcan nuestro arte.

Y en eso estamos trabajando todo el equipo para que el Ballet Nacional de España tenga cada vez más afición joven, que será nuestro público de futuro.

Otra de sus apuestas en algunas de sus creaciones es el riesgo ¿Cuál es su obra más arriesgada?

Creo que de momento la obra en la que más he arriesgado ha sido Alento, la última producción del Ballet Nacional de España, que hemos presentado en los festivales más importantes en nuestro país y en países como Japón y Francia. Es una propuesta en la que se fusionan diferentes géneros como el blues, el soul y la danza española, y la verdad es que el resultado ha sido espectacular.

En Japón ha tenido un tremendo éxito y en España lo están demandando en todos los teatros y grandes festivales de danza.

Además de la propia de nuestro flolclore ¿Qué otros tipos de música encajan con la danza española?

Hay muchos estilos que pueden encajar con la danza española, sobre todo cuando actualmente se están uniendo vertientes musicales muy diferentes.

Lo más importante es que la danza esté en perfecta armonía con la música, y que la fusión de diferentes géneros esté hecha con respeto, rigor, y cuidando al máximo cada detalle.

Ahora nos trae al Maestranza: Sorolla. Díganos por qué no se pueden perder lo sevillanos, este trabajo del Ballet Nacional.

Sorolla es un espectáculo universal que abarca todos los estilos de la danza española y que da una gran cabida a nuestro folclor.

Es un espectáculo basado en la colección Visión de España del pintor Sorolla, con una puesta en escena de Franco Dragone, fundador y director de 10 espectáculos del Circo del Sol. Un espectáculo de gran formato con músicos en directo que nadie que ame la danza española puede perderse.

El espectáculo ha sido presentado por varias países del mundo y por toda España, en concreto en Madrid hemos hecho dos temporadas en dos años diferentes llenando todas y cada una de las representaciones y con un gran éxito de prensa y de público.

En el espectáculo pueden verse sardanas catalanas, muñeiras gallegas, aurresku vasco, danzas valencianas, extremeñas, jotas aragonesas, salmantinas, flamenco, escuela bolera.... Con una puesta en escena totalmente vanguardista, audiovisuales maravillosos y más de 400 trajes en escena.

La coreografía corre a cargo de varios coreógrafos, Miguel Fuente, Arancha Carmona, Manuel Liñan y yo mismo, la música ha sido compuesta por José Colomer junto con una versión del emblemático zapateado de Paco de Lucía.

Además varios de los cuadros están inspirados en la ciudad de Sevilla, como los toreros, una recreación de escuela bolera para seis bailarines, los nazarenos, o el baile, pieza principal que cierra el espectáculo con todo el elenco de bailarines en el escenario bailando flamenco.

Para la Bienal de Flamenco nos volverá a visitar. ¿Con qué espectáculo comparecerá en el gran evento flamenco de Sevilla?

Para esta ocasión, el Ballet Nacional de España va a presentar al espectáculo Zaguán y Alento, última producción del Ballet Nacional de España en la que presentamos una Suite Flamenca coreografiada por bailarines y creadores flamencos de la talla de Marco Flores, La Lupi, Mercedes Ruiz, y la recuperación de la emblemática Soleá del Mantón de la gran dama del flamenco Blanca Del Rey.

La segunda parte del espectáculo será el ballet Alento, una coreografía propia con música de Fernando Egozcue en la que la danza española fusionada con otros géneros de danza muestran mi estilo más personal como creador, con un uso muy virtuoso de la castañuela y con evoluciones coreográficas de gran dificultad técnica y artística.

¿Cómo cree Antonio Najarro, que se percibe su trabajo en Sevilla?

Sevilla siempre nos ha tratado muy bien, es una ciudad con una gran historia del flamenco, con mucha sabiduría, respeto, y cuidado por nuestra danza.

Para mí es un gran placer poder presentar el Ballet Nacional de España en dos ocasiones en el emblemático Teatro de la Maestranza, estoy seguro que lo disfrutaremos muchísimo.

Y ustedes que lo vean.

lunes, 1 de febrero de 2016

Salvador Navarro


Me gusta pensar que mis novelas son un bocado de felicidad para quien las lee.

Conversamos hoy con uno de las más firmes promesas de la literatura en nuestra ciudad, Salvador Navarro.

Nacido en Sevilla en el 67, Salvador Navarro es un ingeniero de Renault a quien en su tiempo libre le gusta contar historias, comenzó a escribir ya adolescente. Amante de la literatura norteamericana del siglo XX, Patricia Highsmith, Paul Auster, John Irving, son sus autores favoritos. En 2002  publica su primera novela, Eres lo único que tengo, niña. Tras una etapa de tres años viviendo en París, Rosa.0 y Andrea no está loca confirmaron su asentamiento en el panorama literario sevillano. Literatura urbana, contemporánea, con fuertes componentes psicológicos en que los personajes son la base y las tramas siempre se rodean de una atmósfera de fuerte tensión, muy influido por la narrativa americana del siglo XX.

¿Como empezó tu vocación de escritor?

Tiene mucho que ver con mi afición precoz por la lectura, ya desde muy pequeño. Primero vino la percepción de que la gente apreciaba mi capacidad para contar historias, me sentía poderoso en ese terreno porque veía que captaba con facilidad la atención de la familia y los amigos. Ganar un concurso de relatos con apenas 13 años me abrió los ojos para plantearme lo hermoso que era escribir.

¿Qué evolución encuentras tú entre Eres lo único que tengo, niña y Andrea no está loca?

Enorme, afortunadamente. La primera novela me sirvió sobre todo para darme cuenta que era posible, pero se trata de una novela inmadura, de exploración. En Andrea no está loca me siento más maduro, conseguí hilvanar la historia intimista que tenía en mi cabeza.

No te supe perder, es una novela fuerte y desgarradora en la que, sin ser tu objetivo principal, aparece de fondo el gran drama de la violencia de genero. ¿Qué te llevó a escribirla?

La observación de situaciones límite en mi entorno. El apreciar cómo había gente que aguantaba carros y carretas de sus parejas, e incluso las defendía cuando tenía la oportunidad de denunciarlas. Intenté ponerme en la piel de todos ellos, acosadores y acosados, con toda la crudeza que eso implicaba para mí como escritor.

Está novela tiene pendiente una película en la que has puesto mucho empeño y entusiasmo, pero que no acaba de ver la luz. ¿Cuándo se podrán revivir la imágenes de No te supe perder en la pantalla?

Dentro de muy poco, seguro. La película en sí ya está terminada. He tenido la oportunidad de visionarla y reconozco que me emocioné, a pesar de haberla parido desde un inicio como coguionista y productor. El gran freno para haber tardado tanto tiempo en terminar ha sido el sonido, que nos ha traído de cabeza. Esta misma semana viajo a Almendralejo, donde tiene su estudio el jefe de sonido, para comprobar cómo va el avance de los últimos retoques de la banda sonora. De aquí a poco se oirá hablar de este largometraje. Y para bien.

Acaba de aparecer Huyendo de mí, Una novela cuyo detonante es precisamente la dolorosa crisis económica que hemos sufrido. ¿Cómo la definirías?

Es una historia que trata acerca de los límites del amor. Cuánto estamos dispuestos a dar cuando atravesamos la mitad de nuestra existencia, en esa edad en que muchos de nuestros proyectos no terminan de verse cumplidos y tenemos la sensación de que se nos va el tiempo para construir otros nuevos. Una lectura de ritmo trepidante en que el lector persigue a los protagonistas en sus respectivas huidas hacia ninguna parte.

Tus novelas son en general urbanas y en su narración sueles describir de forma minuciosa de ciudades y los ambientes, que sé que amas y que conoces bien. ¿Es una cuestión práctica o es que te resulta más fácil crear personajes y situaciones, que los escenarios donde se desenvuelven?

Es una cuestión práctica sin duda. Me resulta más difícil escribir sobre las ciudades que he vivido que sobre otros sitios y otras épocas que me quedan lejanos. En todo caso, doy mucha importancia a mis personajes, a los que trabajo mucho en mi cabeza antes de plasmarlos sobre el papel. El perfil humano de mis protagonistas y su definición es, considero, uno de los puntos fuertes de mi literatura.

Desde el punto de vista literario ¿Qué es Sevilla para ti?

Sevilla es la ciudad donde nací y donde vivo. Amable en apariencia, es dura en muchos terrenos, pero atractivísima en cualquier caso por su enorme personalidad. No deja indiferente a nadie, ni a los que la vivimos ni los que la visitan o leen.

Ya tienes un buen trecho recorrido en el difícil mundo de la edición. ¿Qué le recomendarías a los que están empezando a escribir, para que su caminar no acabe en frustración por no ver materializados sus trabajos?

Constancia, calidad en la escritura, mucha lectura, humildad y ganas de aprender. Hay que creer en uno mismo y aceptar la crítica como método para crecer. No impacientarse. Hay que ser brillante para llegar a emocionar a un editor, no valen atajos.

Sé que no paras, y como mínimo hay otra novela escrita a la espera de publicarse. ¿Pero a Salvador Navarro que novela le gustaría escribir?

Siempre la siguiente. La próxima ya está en manos de mi editor y la siguiente en mi cabeza. Sé quienes son mis modelos a seguir, y bebo de ellos, de esos escritores que en algún momento me obnubilaron y me hicieron cerrar uno de sus libros y gritar para mis adentros: ¡viva la literatura!

Salvador Navarro es un buen tipo, amigo de sus numerosos amigos. Con una carrera profesional brillante que sabe lo que quiere y lo que espera de la vida. ¿Qué te gustaría ser como escritor?

Una referencia para aquéllos que ven en la literatura la mezcla perfecta entre diversión y aprendizaje. Me gusta pensar que mis novelas son un bocado de felicidad para quien las lee.

Gracias a Salvador Navarro por esta gratísima conversación en torno a la literatura y a la creación literaria. Suerte y muchos éxitos, para disfrute de los amantes de los libros.