domingo, 15 de febrero de 2015

Rafael Utrera Macías



El maestro Arbide conversó con el profesor Rafael Utrera Macías sobre los Goya y el cine sevillano y andaluz. Aquí tienen un amplio perfil de la figura de Rafael Utrera.

Nacido (28 Julio de 1942) en Herrera del Duque (Badajoz) donde su padre ejercía como médico. Estudió el Bachillerato en los Institutos de Badajoz y Mérida; en Preuniversitario modificó la opción de Ciencias en beneficio de las Letras ya que la docencia de la Literatura comenzó a sentirla como vocación y profesión acaso motivada por la influencia de algún buen profesor y por el ambiente familiar con mayoría de maestros y profesores sobre otras dedicaciones. En paralelo con los últimos años de las enseñanzas medias cursó la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Badajoz, finalizada en 1961, por lo que mi primer título fue el de Maestro de Primera Enseñanza.

Eligió Sevilla para seguir los estudios de Filosofía y Letras. La ciudad le deslumbró desde sus muy diversos ámbitos pero el cultural, en sus variadas facetas, lo dejó fascinado y a él se entregó no sin peligro para la tarea académica, acaso menos atractiva en su conjunto que la “labor de pasillos” y alrededores donde la creación artística en sus diversos foros ejercía poderosa influencia sobre buenos y malos estudiantes. Como las especialidades de Historia eran las únicas ofertadas por la Universidad hispalense y era mi propósito estudiar Filología Románica (que permitía ejercer como profesor de Lengua y Literatura) trasladé matrícula a la Complutense de Madrid en cuya Ciudad Universitaria aprendí la árida ciencia lingüística y la más agradable vinculada a la literatura. Los ámbitos paralelos a las aulas marcaron la formación de un estudiante atento a cuantas novedades artísticas ofrecía la capital. En el curso 1967-1968 obtuvo el título de Licenciado en Filosofía y Letras, Sección de Filología Románica, por la Universidad Complutense.

En paralelo con las etapas señaladas, empieza a crecer su interés por el cine. De ser entretenimiento infantil y materia coleccionable además de ocio dominguero, pasa, en la plena adolescencia, a ser motivo de preferente atención, de incipiente objeto de estudio, de aprendiz de “crítico” cinematográfico; efectivamente, en la revista escolar multicopiada del Instituto de Badajoz donde se garateaban los primeros comentarios a las entonces películas de estreno en una pequeña capital de provincias; un año después, diferente cabecera, impresa ya con varias tintas, recogía en su página cinematográfica las críticas del estudiante. La asistencia a algunas sesiones de Cine-club donde el poeta Manuel Pacheco leía sus originales creaciones a Bergman o a Tatí, a Mac Laren o a Charlot, junto a las presentaciones cinéfilas de sus directivos revelaban que más allá de la pantalla existía un universo mágico y artístico al que se podía acceder con dedicación y lecturas.

Posteriormente, el ambiente cultural sevillano antes mencionado ofrecía teatro, representaciones cómicas y dramáticas, presentaciones de libros y sesiones de cine-clubs, incluso una radiofonía que en poco se parecía a la oficial o a la comercial. El “descubrimiento” de Radio Vida y del Cine-club Vida, en los inicios de los años sesenta, permitía encontrar una pluralidad de fuentes culturales donde el cine (es decir El Cine) tenía ejemplar consideración, devota contemplación y racional enjuiciamiento. Un “Curso sobre Cine” impartido por profesionales de los medios citados permitió a algunos estudiantes sevillanos recibir una cierta educación cinematográfica y a otros, además, incorporarnos como colaboradores tanto a las tareas cineclubísticas como a las radiofónicas. Del mismo modo, en el propio recinto académico se iniciaron las primeras sesiones del Cine-club Universitario (Salón de Actos de Filosofía y Letras primero y Pabellón de Uruguay / Casa del Estudiante después) cuya dirección ejerció nuestro invitado en los cursos sevillanos correspondientes.

El posterior traslado a Madrid le permitió, más allá de comenzar los estudios de la especialidad, mantener la dirección del Cine-club Universitario de la Complutense (con local prestado en el Parque Móvil de Ministerios) y comenzar la colaboración en la revista especializada Film Ideal. De otra parte, las continuas visitas a la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC) junto a las proyecciones de Filmoteca Nacional nos dio la oportunidad de conocer a acreditados profesionales del cine y de la televisión españoles, algunos de ellos alumnos de la mencionada EOC, así como entrevistar a directores y actores internacionales que rodaban por entonces en los estudios Bronston. Si en Sevilla el propio Orson Welles concedió larga conversación a los jóvenes cineclubistas, en Madrid, como miembro del equipo de redacción de la citada publicación, pudimos hacerlo con Nicholas Ray, Henry Fonda y otros nombres míticos.

En la década de los setenta colabora en revistas andaluzas y en periódicos sevillanos donde, en grupo primero y en solitario después, mantuvo durante varios años una página semanal de información, comentarios y ensayos cinematográficos. Del mismo modo, comenzó mi colaboración en volúmenes colectivos editados por la Universidad de Sevilla con temática literaria y cinematográfica.
Desde este momento, orientó sus intereses investigadores por los paralelismos, entrecruzamientos y distanciamientos entre el Cine español y la Literatura española; del mismo modo, las peculiaridades del denominado cine andaluz o cine de y sobre Andalucía en su tratamiento histórico y sociológico además de revelador de señas de identidad caracterizadoras de modos de ser y de vivir. Las generaciones literarias del 98, del 27, además de contemporáneos y novísimos ofrecían un campo de estudio donde el entrecruzamiento de sus intereses literarios se expandía a zonas de marcado carácter cinematográfico y cuyos resultados no habían sido tenidos en cuenta, al menos en toda su integridad, por investigadores y ensayistas precedentes.

La década de los ochenta le ofrece una triple oportunidad: dirigir los Cursos de Formación Cinematográfica financiados por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria, iniciar los estudios académicos de Doctorado y comenzar a impartir una asignatura de Cine Español en los Cursos de Extranjeros implantados en la Facultades de Letras. Los primeros se mantuvieron durante una década analizando filmografías relativas a autores nacionales y extranjeros, a géneros cómicos o dramáticos, etc. En 1988 leí la Tesis Doctoral, primera de tema audiovisual defendida en la Facultad de Letras hispalense, lo que me aportó el título de Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla.

En 1990 se incorpora a la Facultad de Ciencias de la Información primero, de Profesor Asociado a tiempo parcial para impartir la asignatura de Historia de los Medios Audiovisuales. Al curso siguiente se integra ya en la docencia universitaria con dedicación plena al tiempo que soy nombrado Secretario de la Facultad en el mandato del decano Profesor López Arenas.

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